14 de agosto de 2016

Nadando por el Sena

Sigo estando, sí. Pero a la vez me he ido. He recorrido un camino distinto. He cogido aviones, con destino, me he abrochado fuerte el cinturón con una esperanza en el bolsillo y dos maletas en el compartimento superior. No, la tristeza no ha tenido cabida en ninguna. He visto el amor en París, los versos mojados nadando por el Sena y hasta al recuerdo despidiéndose de mí en bicicleta por el Campo de Marte. La Gioconda siguiéndome con la mirada, de invitada en Las bodas de Caná y cortando un brazo a la Venus de Milo. No me preguntéis qué viví, que no me acuerdo. Solo un viaje de ida y vuelta pero sin regreso. No digáis de mí que no he sentido por el hecho de no contarlo. Presumid de seguir vivos, sin que el amor, aún, os haya atrapado. Disfrutad, amigos. Disfrutad de un sentimiento, que aún sabiendo nombrarlo, nunca lo habéis sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario