4 de febrero de 2016

Preciosa en movimiento

Es ese instante. El momento en el que tu motor se acelera y empieza a mover toda la carrocería que te rodea. Bella y preciosa en movimiento. Cae la gasolina al suelo, choca contra él gota cada dos minutos. Sin parar. Toc, toc. ¿Cómo diablos corre así el tiempo? Vuelta, tras vuelta, tras vuelta... Tus ruedas se estrellan una y otra vez contra el asfalto, desgastándose, perfeccionando el flujo de tu cuerpo. Paras, respiras, te miras al espejo. Deslumbrando ves tu sonrisa, jadeante y radiante al mismo tiempo. Nada de arrepentimientos ni anhelos de una vida anterior. Solo piensas en el siguiente entrenamiento en el que dejarse la piel y volver a sentirte viva de nuevo.

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