Fácil, así me sacaste del descenso.
Aquí estamos, así hemos sido, al completo.
¿Cómo crees que acabará esto?
Yo te concedo mi nombre, comparto mi descanso, mi sueño.
Aunque no me veas, yo estaré aquí, del otro lado, aunque tú estés anclado en el vértigo del olvido, o del recuerdo.
He amado ahora y contigo, toda esta soledad de las cosas sin nombre, toda la complejidad de la primavera, toda ambigüedad de besos.
Porque un día apareces, y me resignas. Y entonces empiezo otra vez.
Respiro.
Y vivo.
Y qué.
Sueño a tu lado.
Quiero.
Gracias por ser.
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