26 de febrero de 2015

Hacia ti

Hay un momento en la vida en el que te replanteas todo, en el que no sabes nada de lo bueno y lo malo. En el que pensar si dar un paso o no darlo se convierte en un deporte de riesgo. Me imagino que será por eso del volar y a la vez tener que pensar dónde echar raíces. Eso de buscar un lugar donde dejar tu ausencia y abandonar el azar. No sabría verdaderamente poner nombre al sentimiento, no lo quiero llamar crecer, porque todo el mundo, de una forma u otra, está en una continua evolución. Tampoco lo llamaría madurar, sigo siendo la misma niña que estaba ansiosa por aprender y cada día vivir algo nuevo. Al final, creo que se trata de dejar la vida fluir. Y que los pocos pasos que haga, creen avances y progresos. Ser como una gota de río que baja hacia un mar lleno de dudas, chocando con distintas piedras y yendo por caminos más y menos turbios, descubriendo el mundo desde distintas perspectivas. El saber y conocer el verdadero significado de echar de menos toca corazones y coloca de nuevo los muebles que cada uno tenemos dentro. Ahora sé de verdad el color que tiene mi ciudad, el olor y a qué saben sus calles y aceras. Lo gris que se vuelven las nubes al cruzar el charco cada vez que huyo, y el brillo que coge el cielo al volver a casa, a mi tierra. Que los pájaros emigran, y yo lo haría también hacia ti, Madrid, a volver a buscar mi vida, a quedarme a vivir por siempre en ella.

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