25 de agosto de 2014

Amanecer sin ti

Que pena de mar, de charco, océano. Que pena de día, de mes, de vida. Pasa sin darnos cuenta, sin a penas percibir cada susurro de viento que recorre el lateral de nuestra oreja. Pasa, como pasa una tormenta de madrugada, como un beso a las 5 de la mañana, como un amanecer sin ti. Y cuando pasa lo quieres detener... Pero es tarde, ya no puedes parar el ritmo de la vida. No puedes frenar los instintos que sugieren el fin. El reloj queda atrapado en el mismo segundo que recorre la pena las manecillas, en el segundo exacto en que te conocí, en el que me quedé sin ti. 

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