24 de junio de 2014

Irónico y bonito

Apareces. Y de repente me doy cuenta de que eres la única razón por la que permanecería aquí. Que eres mi única ancla. Eres lo que, en cierto modo, me hace subyacer en el fondo y al mismo tiempo lo que me da alas. Me doy cuenta que quiero estar a tu lado, que si no lo estoy me muero. Me moriría de tanto echar de menos. Por favor, no me quieras, no hagas que te quiera... No me hagas esto. No quiero pasarlo mal, y menos por lo que la gente llama amor, por lo que tú llamas a lo nuestro. No me llames, no me piropees ni me hagas girar la cabeza al verte marchar. No te juegues un beso, no me robes sonrisas, no sonrías porque caigo rendida.

Vete alejando poco a poco, como una rosa que marchita sin que te des cuenta. Que así, cuando mire atrás ya no sienta nada, ya no quede ni un resquicio de ese corazón roto. No me hagas recordar momentos, que al echar la vista atrás me sale una sonrisa tonta. Sí, como esas de las fotos... 

Por favor, méteme los dedos por la boca para vomitar mariposas... Que no me quede ninguna dentro, que de tanto revolotear duele muy fuerte, muy dentro. Me duele el recuerdo.

Y qué irónico y bonito al mismo tiempo, que lo que te mata sea la tristeza de quererte tener siendo mejor un adiós, ni tan siquiera un hasta luego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario