1 de mayo de 2014

No tener con quién

Cada lágrima va por cada persona que he perdido, por cada paquete de clínex gastado. Cada mañana, tarde o noche en las que solo he tenido un papel y algo con lo que escribir ha hecho de mí esto.

Un montón de escombros dispuestos a ser tirados al vertedero,
nunca con la esperanza de ser reconstruidos.

Cada ilusión sin compartir, por no tener con quién. 
Cada moratón con caída, cada insomnio, cada vaso siempre medio vacío... 
Cada verso sin destinatario o ese beso soñado...
Cada sonrisa escondiendo daño.
Cada puñalada quitada a tortazos.
Cada vida imaginada por no ser vivida,
o cada vivencia a solas entre tormentos y heridas.

Las huellas del pasado forman la fuerza del presente -que ahora flaquea-,
los amigos desconocidos, los muros construidos, hacen de mí una chica que tambalea.

Y que ahora venga alguien y me pregunte lo que me pasa,
que yo le sonreiré y le contestaré con un silencio.

Nada es lo que no me pasa, en la nada es donde mi sonrisa siempre se derrama.
Y ahora yo digo: lo que cuento no es ningún misterio...
es algo que, desde hace mucho tiempo, siento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario