18 de enero de 2014

No he venido a recordarte tu belleza

Ha pasado el tiempo y sigues apareciendo en mis sueños, sigues siendo importante en mi vida. Como dice Andrés Suárez: me sobra tiempo en media noche para convencerte de que quiero pasar una vida y media contigo. Pero tampoco he venido a recordarte tu belleza ni a dedicarte un mal poema. He venido a decirte que no soy una más, aunque lo creas. No te atrevas tampoco a decir que no era amor cuando solo nos separaba un milímetro para caer en el abismo de Cupido en cada beso. Cuando las calles de Madrid aún me susurran tu nombre en cada esquina que tuerzo. Creo que sabrás que te miro a escondidas, de esas veces que necesito ver algo bonito y entre tanta gente eres tú lo que me cura. Te escribo para decirte que he pasado un mes jodido, que siempre me vienes a la cabeza un día impar y a principio de año. No pienses que me muero por un roce de mejilla porque el morir solo valdría la pena si te llevase conmigo. No creas que vistiendo como vistes me enamoraste porque fue en el momento en que te palmé y miré sin ropa, sin esa maldita separación entre nuestros cuerpos. El viento no ha sido el que ha impulsado mi dedo a escribirte, ha sido el alma que a veces aparece a ablandarme un poco el muro que construí a base de tiritas. El alma que vendí por una moneda al creerla inexistente. Lo mismo que hice contigo, te vendí al pasado y sin querer te viniste arrastrando al presente, y ha tocado el escribirte hoy. Quizá ya mañana no sigas caminando a mi lado por un futuro que pasa a formar parte del presente. También te escribo porque la caja que guarda los recuerdos cada día crece un poco más y ya la estoy viendo bastante vacía. Bueno, Enero (¿te acuerdas?), si quieres un día quedamos y te comento el plan que hice para pasar esa vida y media juntos, que solo necesito un momento para volverte a enamorar. Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario