27 de diciembre de 2013

Qué dios ni qué dios

Cómo voy a creer en Dios, si en cada paso que doy veo pobreza y casas de cartón. Cómo voy a creer, si no lo veo, ni en las manos de los ricos, ni en el poco altruismo de los políticos. A ver, explícame, cómo voy a creer si cada día es injusticia y falta de libertad, es jaula, cárcel, mínimo corazón y nada de ilusión. No me digas que puede haber algo ahí arriba, no te atrevas. Cuéntame quién podría permitir el deshielo o la falta de alimentos, la malnutrición. Qué clase de dios permitiría una representación de él en la tierra en forma de mosca cojonera a la que algunos ilusos llaman papa. Nadie con el sumo poder que le adjudicáis permitiría ni una mísera guerra, ni si quiera por paz. ¡Qué coño! Qué clase de divinidad me hubiera robado a mi prima con cuatro años por cáncer. Quién consentiría eso. Si existiese Dios ya habría cura para el cáncer, o el sida. Tú dame motivos para creer que te los hecho todos por tierra. El mismísimo Dios, si existiese, nos hubiera creado de otra forma, no con la capacidad de destruir todo lo que nos rodea, la Madre Tierra. Y si ama a las personas, ama a los homosexuales, no creyentes o gente que no sigue su misma religión (farsa)... ya que también son personas. Ese dios me hubiera permitido despedirme de mi abuelo, o aún peor, le hubiera permitido a mi madre despedirse de su padre. ¿Quién permitiría vivir dos vidas, y una pasarla llorando? En el cielo no hay nada. Si todo lo ve, dime el porqué de no evitar los malos tratos, los asesinatos o la falta de alegría y el desazón. Todo eso son mentiras, que nadie os calle ni os maneje, que nadie enjaule vuestra imaginación, abrazad distancias, ayudad con sonrisas y el mundo, sin tu dios, irá mucho mejor.

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