Cual niño chico se acercó, como quien algo quiere sin olvidar la vergüenza. Dos besos y un adiós sin terciar palabra. El recuerdo le queda. La sonrisa eterna de un chaval al cumplir un sueño. Diámetro y medio entre ellos, miradas lejanas y cien mil versos que cantar al niño bueno, junto a él, posados en la infidelidad de la madrugada.
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