Esos ojos oscuros nunca me habían
atraído más. Aún no me había fijado en los labios que acompañan esa media
sonrisa. Necesito oler tu aroma en las tardes de verano. Hormonas revoloteando
junto con neuronas gastadas al pensarte. Hilos compuestos de miedo separándome de
ti. Cuencos llenos de pensamientos rociándose sobre mi cabeza.
No hay momento más bonito para
empezar algo que en verano, como tampoco hay sentimiento más cruel que el de la
duda. ¿Dudas? ¿Quién no las tiene? Vienen provocadas por el miedo. Sospecho el
motivo, pero me lo niego a mí misma. La negación, eso es. El ‘no’ es una
palabra un tanto dolorosa, que cuando se escucha atraviesa todos los órganos del
cuerpo hasta llegar a los límites del dolor.
Y me digo: Si otros pudieron,
¿por qué yo no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario