Me apetece escribir hoy sobre lo que me rodea, empezando por mí y acabando por mi instituto. Demasiadas
veces me he planteado un cambio radical en mi vida. Osea, cambio de
ideales, de casa y de instituto. Yo no imagino una Laura creyente, sentimental, mística,
pasional... que va. Una persona de extrema derecha, con su bandera de la
falange y su cántico del cara al sol con el brazo en alto. No, por
favor, antes me entierro viva. Me gusta eso de salir a la calle
escuchando por los cascos mi internacional socialista o la republicana
de reincidentes sin que nadie se entere y de vez en cuando levantar el
puño bien alto... (Lo llevo todo a tema religioso o político, qué
fatal). Voy a un instituto extraño, con una directiva que pone normas incoherentes y profesores rozando la esquizofrenia, un instituto muy dispar al resto en los que estado, público, (malo,
sí, ¿por qué no calificarlo así?), donde el 'Ja pallo' reina
junto la ropa de mercadillo, los pijamas por la calle y los tupes que
recuerdan a Amy Winehouse... cada uno que vaya como quiera y que hable como quiera pero por favor, educación y un mínimo de cultura. Todo esto no significa que me crea superior a ellos, ni
mucho menos, pero no es que me sienta a gusto con esa clase de gente, tampoco implica que no aprenda nada de ellos porque aprender he aprendido... A saber que hay que estudiar para no acabar gritando en un mercadillo, a llevar tu vida sexual decentemente para no tener responsabilidades superiores a la media a los 16, a tener el mayor vocabulario posible para manejarte en cualquier situación... En fin, ya llegará el momento que diré adiós a todo esto y luego lo echaré de menos pero por el momento quiero una irme, y lo quiero ya.
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