Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros cuando otros la pierden y
te cargan la culpa, si confías en ti mismo aun cuando todos de ti
dudan, pero aún así tomas en cuenta sus dudas. Si puedes soñar y no
hacer de tus sueños tu día, si puedes pensar y no hacer de tus
pensamientos tu meta. Si triunfo y derrota se cruzan en tu camino y
tratas de igual manera a ambos impostores, si puedes hacer un montón con
todas tus victorias, si puedes arrojarlas al capricho del azar y perder
y remontarte de nuevo a tus comienzos si que salga de tus labios una
queja. Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero y
resistir a que tus fuerzas sean menguadas con la única ayuda de la
voluntad que dice 'adelante', si ante la multitud das a la virtud abrigo,
si aún marchando con reyes guardas tu sencillez, si no pueden herirte ni
amigos ni enemigos, si todos te reclaman y ninguno lo precisa, si
puedes rellenar un implacable minuto con sesenta segundos de combate
bravío, tuya es la tierra y sus codiciados frutos, y lo que es más serás
persona, hijo mío.
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