¿Qué por qué no le digo la verdad? ¿Que por qué? Porque no quiero volver
escribir su nombre en todos lados. Porque no me da la gana pensar en él en cada
canción. Porque me niego a entrar en el tuenti y que lo primero que haga sea
ver su perfil. Porque no puedo estar media hora mirando las mismas fotos que
veía todos los días. Porque no quiero leer una y otra vez todos los mensajes
que tengo suyos en el móvil. Porque no me apetece oír un par de palabras y
pensar si él se acordaría de mí en mi situación. Y sobre todo porque quiero
seguir disfrutando de su sonrisa, siempre. Y no, no seré yo quién la borre y le
haga rayarse o pensar más de la cuenta. No seré yo quién haga que sus ojos
dejen de brillar al mirarme, aunque sólo sea un segundo. No seré yo. De todas
formas, ¿lo ves? En el fondo sólo soy una egoísta, una egoísta que le quiere
más que a nadie.
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