19 de julio de 2011

Tempus fugit. Carpe diem


Estoy en ese momento que miras atrás, estoy dándome cuenta de que solo quedan recuerdos. En mi mente quedan los momentos buenos, malos, peores y mejores… pero intento quedarme con los más bonitos instantes que he pasado en todos estos años. Ahora, al acabar casi todo, es cuando una reflexiona… tumbada en la cama a las tantas de la noche, mirando por la ventana a la nada como pensando que nada de lo que has vivido valiese la pena. Pero bueno, yo creo que sí. Cada momento vivido es para aprender de él, aprender de que antes de un tormento hubo calma, antes de un llanto vino una risa, antes de una muerte un nacimiento, aprender de aquellos suspensos, de aquellos aprobados, de las peleas y reconciliaciones, de las canciones con las que lloramos un día pero también con las que nos quedamos sin voz una noche… Son instantes que en ese momento en que los vivimos no nos damos cuenta de la importancia que tiene pero si se aprecian con el paso del tiempo. Por todo eso no dejemos que un recuerdo te lastime o atormente, miremos el lado positivo de todo, porque lo que vivimos no se repetirá dos veces.

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