Paula.

 ¿50 kilómetros son los que nos van a separar? Jamás. Mira, me cojo la Renfe aquí en Orcasitas hasta Méndez Álvaro y ahí me cojo la línea 7 hasta Colmenar Viejo. Que difícil eh. Hoy me habrás notado normal al despedirme de ti, te he dado un simple abrazo y dos besos, pero ¿acaso me tengo que despedir de otra forma? Lo siento por no despedirme como si fuera la última vez que nos viéramos, nada mas no lo he hecho porque no lo es y nunca lo va a ser. Siempre me tendrás, y seguro que piensas: Esta gente dice un siempre por decir, luego cada uno va a vivir su vida sin recuerdos y sin mí. Pero yo te digo que no, que voy a estar ahí dándote la tabarra como siempre he hecho, que vamos a hacer nuestras tonterías más mongolas que nunca, que ya sabes… un fin de semana aquí otro allí. No te preocupes por ninguno de nosotros que no nos vas a perder, ¿vale? Este año sé que no hemos estado más juntas que nunca ni que hemos vivido nuestros mejores momentos pero dicen que lo mejor se queda para el final, y como el final no ha llegado, lo mejor aún espera. ¿Te acuerdas en sexto? ¿Con D. Fernández? Te permito que recuerdes ese año en que no me podías ni ver… ¿sabes por qué? Porque así puedes recordar todo lo que nuestra amistad ha evolucionado. Luego en 1ºH nos pusieron juntas, no quiero ni imaginar tus pensamientos el primer día de clase cuando “el pato” nos dijo a las dos. Pero, mereció la pena. Ese año lo guardaré mucho y muy bien. Cada fin de semana en el cine, viendo tal película… una buena, muchas malas, pero todas contigo. Te conozco hace cuatro años, ha habido momentos buenos, también malos, pero siempre los buenos ganan las guerras y los malos se destruyen. Nunca caerás por el mismo motivo que tú tampoco me has dejado caer a mí. Gracias por ser natural en cada instante de tu vida y por querer a la gente de esa forma tan tuya. Y cuando se quiere de verdad, la distancia son solo kilómetros... y este es el caso... solo kilómetros... Te quiero muchísimo Paula.